viernes, 30 de octubre de 2009

Comentario en http://testigosdejehovaywatchtower.wordpress.com

Hola, soy Domingo Uribe. Fui testigo de Jehová durante nueve años, desde mis 19 años en adelante. Ahora no lo soy, al menos nominativamente, pues sigo dando testimonio del Padre. Sin embargo he adoptado otras creencias que, al contrario de alejarme de Dios como pensaría mis anteriores hermanos, me han ayudado a conocerlo mejor. Esoty dispuesto a colaborar con la investigación objetiva sobre las doctrinas de los testigos, mi ex hermanos. A estos los quiero mucho, y no los golpearé con palabras mentirosas, sin embargo, sí denuncio y denunciaré las mentiras religiosas de ellos (mas bien dicho de sus líderes), y de cualesquiera quienes estén engañando a las personas sinceras.

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jueves, 29 de octubre de 2009

Soy Anne Marie

Anne Marie
.:ANNE MARIE
Yo era esa hermana joven y hermosa que tal vez has visto en el Salón del Reino. Ya sabes, aquella con “todos esos niños”. Aquella que tuvo problemas criando a sus hijos solamente en “La Verdad”. Aquella a la que con poca probabilidad se le consideraba “disponible para tomarla por esposa” porque era como un “bien estropeado”. Después de todo, “¡Nadie te va a querer con todas tus cargas!”, tal como me lo dijo una hermana pionera bien intencionada.
Como muchos de ustedes, fui criada para ser un testigo de Jehová desde una edad temprana. En verdad amé a Jehová durante toda mi vida, amé a mis Hermanos y Hermanas y en verdad creí que ESA (la organización Watchtower) era “LA Verdad”. Yo crecí en San Francisco, durante la guerra de Vietnam, la época de los Black Panthers, los motines, las protestas y el movimiento “Hippie”. Me desilusioné con “la verdad” dejándola cuando tenía 15 años, ya que creí que Jehová me “mataría de cualquier manera” porque nunca sería lo “suficientemente buena”. También ya estaba harta de los chismes, los juicios y el temor al Armagedón…el cual siempre estaba “sólo a la vuelta de la esquina”. Sin embargo, a los diecinueve, estando embarazada de mi cuarto hijo (después de que el padre de mis hijos nos abandonara a fines de 1974), los testigos de Jehová me preguntaron: “¿Cómo puedes permitir que tus hijos mueran sólo porque tú no quieres vivir a la altura de los justos requerimientos de Jehová? ¿EN VERDAD quieres que la sangre de tus hijos caiga sobre tus manos?”
La Watchtower había estando predicando, desde el verano de 1966, que el Armagedón (la batalla futura de Dios para acabar con todos los gobiernos mundanos) sucedería NO MAS ALLÁ del otoño de 1975. Hoy en día, los testigos de Jehová tratan de negar que esta falsa profecía alguna vez se dio, pero se que es cierto porque yo estaba en la Convención de la Watchtower el verano de 1966, cuando fue anunciada la “predicción del Armagedón” más reciente, junto con el libro “Life Everlasting In Freedom Of The Sons Of God” (La Vida eterna en libertad de los hijos de Dios, edición en inglés). Según el conferencista, ese libro COMPROBABA que “en esta ocasión”, la Sociedad Watchtower había descubierto la fecha correcta del Armagedón. ¡El conferencista nos dijo que la Watchtower había proporcionado una tabla cronológica completa de cinco páginas en el primer capítulo del libro comprobando que ellos estaban en lo correcto! ¡Sí!, lo recuerdo muy bien y recuerdo la emoción vertiginosa a través de la multitud mientras que cada testigo se apresuraba a comprar las copias y reunirse rápidamente en grupos para examinar la tabla. (Haz clic AQUÍ para obtener documentación de las publicaciones de la Watchtower con respecto a la falsa profecía de 1975.)
Así que después de que esas hermanas me hicieron pensar que Jehová iba a matar a mis hijos si no me unía a la religión de la Watchtower, yo misma me obligué a asistir a las reuniones y a estudiar la literatura de la Watchtower. Me forcé a mi misma a tocar las puertas para predicar la advertencia de la Watchtower del inminente Armagedón, e incluso estudié más; todo en un esfuerzo de “agradar a Jehová”, porque no quería que Él matará a mis hijos. Si, contra mi mejor juicio, regresé a la organización Watchtower y crié a mis cinco hijos “en la verdad”. Yo era madre soltera, muy pobre, de la cual murmuraban sin contenerse. Yo vi mi persecución y el hecho de que los Hermanos ignoraban a mis “hijos sin Padre” como “la manera de Satanás de intentar alejarme de Jehová”. Sentía que Jehová me había dado “otra oportunidad” e hice mi mejor esfuerzo para ser un “buen” testigo de Jehová. Permanecí ahí durante muchos años difíciles y solitarios. Me solía preguntar “¿Qué me pasa?”, porque simplemente no era “feliz”, así como yo sabía que “debería” serlo. Solía llorar y orar a Jehová para que me ayudara a ser un “buen testigo”. Pensé que algo estaba muy mal con mi pequeña familia porque no éramos como las familias representadas en la plataforma de las asambleas.
Tuve muchas oportunidades para experimentar persecuciones y comportamientos muy “no-cristianos”. Por ejemplo, me di cuenta que al parecer yo estaba “siendo condenada” con mucha frecuencia (personas hablando de mi a mis espaldas…los chismes eran insoportables), y una hermana me explicó que como yo no estaba casada, (es decir, no tenía el “estatus” de ser una hermana casada…ya que no tenía un marido que me “protegiera”), ellos me consideraban “un blanco legítimo” para sus chismes. Yo atribuía todos mis problemas con los Hermanos como “mi prueba” de Satanás, y permanecí ahí. Pero realmente creo que Jehová finalmente me “forzó” a salirme de la organización en 1986 para salvar mi vida, ya que para ese entonces, toda la “vida” que había tenido, se me había vaciado. (Yo era un “autómata”).
Incluso desde el inicio de 1975, cuando recién estaba estudiando para volver a ser miembro de los testigos de Jehová, nunca me sentí verdaderamente “bien” con respecto a ellos, pero como me habían dicho que Satanás haría cualquier cosa para hacer que yo abandonara a Jehová al dejar la Watchtower, yo atribuí todos mis sentimientos dudosos a mi propia “maldad” y como tácticas de Satanás. Entonces hice a un lado mis dudas y estudié con más ganas con la esperanza de que mis sentimientos dudosos cambiaran. No sucedió así.
Finalmente, después de más de dos años de estudiar con mi maestra, confesé que simplemente no me sentía “bien” en cuanto a ser miembro…de hacer el compromiso y bautizarme en la religión de la Watchtower. Ella me dijo: “Pues, ya sabes qué “es” la verdad. Jehová ha hecho todo para mostrarte su paciencia. Tal vez Él está esperando que le enseñes que estás dispuesta a adoptar una postura; sólo demuéstrale que te has ‘definido’ y bautízate, entonces sentirás el gozo en la verdad, el cual estás buscando.” Así, pensé en lo que mi maestra había dicho, y oré al respecto, y aún me sentía de la misma manera, así que decidí que seguramente ella tenía la razón. Decidí que no importando qué tan “mal” se sintiera, yo me iba a bautizar en la siguiente asamblea. Durante todo el tiempo que estuve parada el la sala del bautismo, sentía que estaba “mal”. Yo quería salir corriendo de esa sala de asamblea y nunca volver a tener que enfrentar a otro testigo de Jehová. Me sentía como un fraude cuando dije los votos; y cuando estuve bajo del agua, oré que Jehová me perdonara. Hice mi mejor esfuerzo para vivir en “la verdad” sólo porque no quería que mis hijos murieran en el Armagedón a causa de mi “mal” corazón.
Entonces, después de once años y medio de esforzarme tanto por “agradar a Jehová”, algo sucedió. Fui violada por el amigo de mi esposo. Había conocido a él y su esposa por muchos años. Fue completamente inesperado y entre en “estado de shock”. Entró a mi casa a la fuerza muy temprano la siguiente mañana y me atacó de nuevo, con mis hijos durmiendo en el segundo piso. Casi tuve una crisis nerviosa. Tal vez sí sucedió. Simplemente dejé a mis hijos preciosos y me escondí en una habitación de hotel por cuatro días. Me quería morir. No podía pensar. Lo único que pude hacer cuando llegué fue emborracharme, gritar y llorar. Hice eso por casi seis horas seguidas. Luego, terminé en la sala de urgencias en el hospital porque el alcohol había empeorado mi condición cardiaca.
Después de regresar a casa, reporté el incidente a los Ancianos, como si yo hubiera cometido un “pecado” terrible y vergonzoso. Ellos me dijeron que tendrían que retrasar el reunirse conmigo para poder “discutir” lo que “yo había hecho”, ya que la siguiente semana el Supervisor del Distrito vendría de visita. Yo estaba entumecida. Por los siguientes diez o más días, me ocupé de cuidar a mis hijos e ir a las reuniones. Los Hermanos luego se reunieron conmigo en tres o cuatro ocasiones diferentes, siempre queriendo saber más detalles. Era tan repugnante y humillante…además de ser traumático. Ahí estaba yo, una mujer joven y bonita, sentada en frente de estos tres viejitos quienes me estaban “juzgando”; y yo en un vestido y pantimedias, sintiéndome tan “expuesta”, y no tenía a nadie ahí conmigo, nada de consuelo, nada de apoyo.
Yo soportaba sus preguntas lo más que podía aguantar y después rogaba que se detuvieran. Les suplicaba que “me excomulgaran”, que “¡lo llamaran FORNICACIÓN y me excomulgaran!” porque solo quería que pararan las preguntas y acusaciones horribles. Ellos contestaban: “¡Ah, no!”. “¡No te queremos excomulgar! ¡Solamente estamos tratando de entender lo que sucedió!” Pero su “tratar de entender” era mucho más peor que las violaciones y el tener que vivir con los recuerdos y el trauma de las mismas.
Durante esas reuniones, varias cosas me fueron dadas a conocer. Que los Hermanos “me habían tomado a mi y a mis hijos como su cruz” y “estas son las gracias que les di”, que “esto es lo que ellos reciben después de toda su ayuda…una cachetada”. También dijeron que yo era “una desgracia para la congregación” y que había “deshonrado a las Hermanas de la congregación” y había “deshonrado el buen nombre de las Hermanas de la congregación”. El proceso completo de estas reuniones con los ancianos duró alrededor de un mes. Durante una espera de tres semanas para que los Ancianos pudieran decidir mi suerte, ya no aguantaba más y llamé a uno de los Hermanos del Comité (solamente por el estrés de tener que esperar), para preguntarle si ya habían tomado una decisión. Me dijo “No”. Y después añadió, “Sabes, si estuviéramos viviendo en la época de los israelitas, tu serías llevada fuera de la entrada a la ciudad y apedreada hasta morir”. (No puedo creer que me sentía tan despreciable en ese entonces que realmente estaba de acuerdo con él.)
Por supuesto, los Hermanos me excomulgaron. Hice mi mejor esfuerzo para preparar a mis hijos y “amigos” en la congregación. Incluso “practiqué” ser excomulgada en las reuniones para que me pudiera “acostumbrar”. Por más de una semana después de que me informaron de la decisión de los Hermanos, ¡me “permitieron” comportarme como un testigo “normal, de buena reputación”! Le pregunté a uno de los ancianos (quien no estaba en el comité) acerca de esto y me dijo que esto estaba bien porque el hecho de ser excomulgada no era “oficial” hasta que fuera anunciado.  ¡¡Incluso me dijeron que podía responder en las reuniones!! (¡Y sí lo hice!)
Al fin, cuando los Hermanos dieron el anuncio, yo estaba ahí en frente del Salón del Reino en mi lugar de siempre con mis hijos, en medio de los “¡Ooooh!” y las “¡Ahhh!”…los susurros y las miradas fijas. Hice mi mejor esfuerzo de mantener una “actitud correcta” de “aceptación de la disciplina de Jehová”. Cuando me fui de la reunión esa noche, tuve que caminar a casa por casi una milla, a través de un área oscura y desierta, puesto que ahora nadie me llevaría a casa.
Pero mientras caminaba, me llené de manera inexplicable de una sensación intensa de ligereza, de felicidad y de ¡¡LIBERTAD!! Durante todo el camino a casa, con cada paso que tomaba, me sentía BIEN más y más delante de Jehová…en paz ¡¡y tan FELIZ!! Solamente puedo decirte que así es como me sentí. Ahora, en aquel tiempo, yo no había tenido ninguna intención de alguna vez abandonar “La Verdad” (La organización Watchtower). Mi plan exclusivo había sido de continuar asistiendo a las reuniones…así como siempre lo había hecho. (¡¡Satanás no iba a ganar!! ¡Ahora estaba “bien” delante de Jehová! ¡¡Y nada iba a ponerse en el camino a eso!!) ¡¡Yo estaba absolutamente DECIDIDA a hacer cualquier cosa que Jehová requiriera de mi, y tomar cualquier forma de disciplina que Él elegía darme con el fin de sentirme “bien” delante de Él!!...¡¡no importando lo que “el hombre” pensaba de mí!!
Así pues, cuando llegó el momento para alistarme para ir a la siguiente reunión, comencé a pararme del sofá para arreglarme, pero no me podía poner de pie, ya que “sentí” un “¡No!” intenso. Me quedé sentada por un minuto, perpleja, y luego pensé: “¡Que ridículo!” y comencé a pararme otra vez. Pero esta vez el “¡¡NO!!” se sintió mucho más insistente. Fue entonces que oré a Jehová que me ayudara con mi batalla contra Satanás. (¡¡Ya que seguramente este era una de sus “estrategias” para intentar seducirme al “mundo”!!) Pero en cuanto empecé a orar, sentí de Jehová que Él no quería que fuera a la reunión. De hecho, sentí que Él no quería que jamás regresara al Salón del Reino. “Sabía” en mi corazón que había “escuchado” correctamente a Jehová pero no podía entender por qué no debiera regresar a las reuniones. Necesitaba tener alguna explicación “lógica”, así que llegué a la conclusión de que “Debo ser tan mala que Jehová no me quiere en el Salón del Reino”…que yo era una “vergüenza”, así como lo habían dicho los Ancianos. Entonces, decidí que, ya que yo estaba “en sus manos” y ya que había jurado obedecer sus órdenes…aún cuando no las comprendía…yo no regresaría “hasta nuevo aviso”.
Te cuento todo esto porque tuve que aprender lo que cada testigo que se marcha tiene que aprender: que nuestras vidas SÍ dependen de Jehová; que su Hijo, Jesús, murió por nosotros y es nuestro Mediador y medio de salvación; (no el hombre, ni una organización), y que una vez que dejamos de vivir “temiendo al hombre”, y verdaderamente ponemos nuestra fe en Jehová, (“pues ¿qué nos puede hacer un simple mortal?”. Salmo 146:3), empezaremos a conocer acerca de lo que Jesús hablaba cuando dijo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y encontrarán descanso para su alma.” (Mateo 11:28-30)
¡Seguramente tus ojos serán abiertos y aprenderás lo que significa confiar en Jehová por completo! ¡No le temas al temor! Existe la ayuda; existe el apoyo. ¡¡Tú lo puedes lograr!! O puedes elegir, así como muchos otros lo han hecho, permanecer en una organización que está muy, muy enferma…por el bien de permanecer “con buena reputación” y por aquellos a quienes no deseas dejar atrás. Pero finalmente, cada uno de nosotros es responsable por nosotros mismos y por las elecciones que tomamos. “Cada uno cargará con su propia responsabilidad” y cada uno de nosotros “tendrá que dar cuentas” (Gálatas 6:5). Ninguno de nosotros puede decir que “hicimos esto” o “hicimos lo otro” porque “los Hermanos me dijeron que lo hiciera” o “que no lo hiciera…” Recuerda: lo opuesto a los “Pensamientos independientes” (lo cual nos advierte tan seguido la Watchtower), son los “¡PENSAMIENTO DEPENDIENTES!”
Piensa en esto: “No pongas tu fe en los nobles, ni el hombre terrícola, a quien no le pertenece ninguna salvación” y “el hombre no es dueño de su destino, que no le es dado al caminante dirigir sus propios pasos”. (Jeremías 10:23) ¡Recuerda qué tan precioso eres! ¡Eres tan especial que Jehová “dio a su Hijo unigénito”! Mi deseo es que recuerdes orar…realmente HABLAR con Jehová…¡¡acerca de cualquier cosa y de todo!! ¡¡Recuerda que debemos tener un “temor justificado” en Él, y que el “temerle al hombre” es una vergüenza para Jehová!! Ten fe. ¡Tú eres más precioso que muchas aves!

Hay veces que no me agrada la idea de contarle a alguien por qué y cómo fue que me “salí” de la Organización Watchtower. Pero cuento mi historia porque se que existen muchos más que han pasado por cosas peores. Quiero que sepan que no están solos. Tragaré mi “vergüenza” para decir la verdad y para tender la mano a aquellos que aún sufren en la Organización Watchtower, pensando que algo está “mal” con ELLOS.
Yo también solía pensar que algo estaba “mal” CONMIGO. Por más de trece años después de que la abandoné, yo sentía que “ellos” (la Organización Watchtower) eran “la” verdad. Me tomó trece largos años hasta que Dios sabía que estaba lista para “enfrentarlo” y leer el libro de la verdad acerca de “La Verdad” titulado “Crisis de consciencia” escrito por el ex-miembro el cuerpo gobernante de la Watchtower, Raymond Franz. (Ese libro verdaderamente “me abrió los ojos” acerca de la verdad de lo que realmente sucede detrás de bastidores, en la oficina central de la Organización Watchtower.)
Después de leer el libro y de continuar investigando lo suficiente para descubrir muchos más hechos preocupantes acerca de la verdad de la Organización Watchtower, yo estaba lista para buscar la verdad REAL…pero no sabía “qué” era, ni dónde encontrarla.
Finalmente vine a Cristo (la verdad REAL) (Juan 14:6) a través de la ayuda de Dan Hall, un precioso ex–anciano de los testigos de Jehová. Él me apoyó cuando no había nadie más ahí. Lo llamaba por teléfono y lo molestaba con preguntas y desafíos interminables, y él tuvo tanta paciencia. Al fin, yo estaba lista para inclinar la cabeza y pedirle humildemente a Jehová Dios que “Por favor me enseñara la verdad…aún si va en contra de todo lo que yo creo es verdad, en el nombre de Jesús.”
Ahora, yo había visto muchos programas cristianos, y había escuchado cómo hablaban acerca de “pedirle a Jesús” que entrara a mi corazón, pero no les creía porque había hecho la oración tantas veces, deseando ese “algo especial” que había observado que los cristianos parecían tener…pero “eso” al parecer nunca me sucedía a mí. Así que, una y otra vez se veían apoyados en las enseñanzas de la Watchtower: que los cristianos eran cristianos “falsos”; todos eran “mentirosos” y “falsos”. Sin embargo, yo podía ver la paz y la felicidad en las caras de estos cristianos, y yo verdaderamente quería experimentar los sentimientos que me darían una cara como esa.
Así pues, después de que Dan habló conmigo, y había hecho esa oración humilde para que Jehová me enseñara la verdad, “eso” sucedió. No fue un gran “¡GOLPE!” de emociones ni sonaron las trompetas de los ángeles, sino que fue un cambio sutil en mi corazón. ¡Yo sabía! Sabía que Jesús y todo lo que los cristianos habían estado diciendo, ¡¡era REAL!!
Dos semanas después, conocí a Christy (la que inició esta página de internet) en una conferencia de Gracia para los ex–testigos de Jehová…¡¡y qué luz tan brillante y preciosa fue ella para mi!! Pasamos horas juntas, platicando hasta la madrugada acerca de lo que significa conocer a Jesús, de descubrir que su sangre basta para cubrir todos mis pecados personales, y de vivir en su gracia un día a la vez. Conocí a Christy en agosto del 2003, y durante los dos días de esa conferencia, sentí que mi corazón crecía y brillaba despreocupado con una alegría maravillosa. Incluso vi cómo cambió mi cara. ¡Sí! ¡Ahora se podía observar en mi propio reflejo esa felicidad llena de paz que había estado deseando!
Hace poco intenté compartir mi gozo al encontrar el Verdadero plan de salvación de Jehová con un testigo de Jehová preocupada. Le conté qué tan feliz y en paz estoy desde aquel día en que acepté a Jesús, (y todo lo que su sacrificio significa), y el gozo que siento al cantarle alabanzas al Señor, y ella me preguntó confundida: “¿Pero cómo alabas a Jehová si no vas a las reuniones?” Y yo le contesté: “Le alabo con cada respiro y cada latido de mi corazón agradecido.”
¡¡Espero que algún día tú también puedas conocer el plan de salvación de Jehová Dios!!